viernes, 25 de junio de 2010

Reoperar las tetas del Feminismo (1770 palabras)

Escrito el 2 de junio de 2010. Lo publico ahora, porque tiene continuidad, y tendrá aún más. Quisiera ser más breve, pero he perdido toda cortesía.

E
n La pistola de Mae West, dice Perla del Turia que le preguntaron en una conversación si era feminista y con toda ingenuidad respondió que sí. Como quiera que notó algún tinte de reprobación en las expresiones de sus amigos le dio que pensar y consultó la wikipedia. Encontró una definición difícilmente censurable, pues no buscaba más que una igualación de los derechos entre hombres y mujeres. Me alegra saber que no soy el único que consulta diccionarios cuando tiene problemas de comprensión. No voy a entrar en el tema definitorio, porque nos encontraríamos con varias especies de feminismo, y aún de subespecies debido a la incoherencia de algunas corrientes que tratan de casar el relativismo cultural con el feminismo y, claro, ezo no pué sé. Es lo que tiene la doxa social: obedece a mútiples intereses en lid.

La forma más certera de saber qué cosa es eso que se está llamando actualmente feminismo (en España, al menos), es leyendo un agudo y divertido texto escrito de coña en la Frikipedia.

Si bien en este blog tiendo a ponerme aparentemente serio -no sé por qué-, he de confesar que el tema del feminismo me pone realmente muy serio, probablemente porque a mí sí que me importa la realidad social sin intereses espurios. Supongo que es una ideología actual que ha heredado la mezquindad de otras, quizá en gran parte porque consigue canalizar la frustración y eliminar las propias responsabilidades de cada cual, sean estas individuales o grupales. Que lo que voy a decir es que hay maldad (consciente o inconsciente, la maldad es maldad), no estupidez, aunque en último término, desde mi punto de vista, también. Pero no importa porque política solo hay una en cada momento, y no hay forma de comparar los efectos de ella ni sus costes, siempre humanos, al final, aunque una visión en la Cuenta de Resultados debiera invitar a la reflexión, aun siendo con más de cinco años de retraso. En su lugar, según la simpatía personal, ¡qué ruindad!, se interpretarán esos resultados sangrantes como debidos a otros factores, y nos quedamos con las declaraciones de intención de nuestros simpáticos representantes. En suma, siempre salen "ganando", hoy estos, mañana aquellos. Bueno, al grano.

Es para mí un dolor observar que un problema desolador como el de las víctimas de la llamada Violencia de Género se emplee políticamente, especialmente cuando el problema no se soluciona. ¿Se puede solucionar un problema desde la falsedad? Vaticiné en una ocasión, en ciernes de la Ley contra la violencia de 2004, que por el camino que se llevaba no lo iban a resolver. ¡Ojalá me hubiera equivocado! Pero no es lo mismo no solucionar un problema lucrándose con su gestión, que no solucionarlo sin beneficio alguno. Pero estamos hablando de víctimas reales, no de cifras. Como siempre, los inocentes y las inocentas son los que pagan el coste más alto, y con mucho.

Dos posturas opuestas

Se puede partir del conocimiento, o se puede partir de la transformación (que desde la cúspide de la pirámide alimenticia expresan con Decretos). Se ha dicho que el error del credo marxista estaba en que partía de la segunda postura, y en algún lugar comenté que en la 11 tesis sobre Feuerbach, Marx decía que "era más importante transformar el mundo que comprenderlo".

Muy bonito, ¿pero no creen ustedes que para transformar el mundo habría que conocerlo? En la psicología individual está demasiado extendido que el engaño, que en su magnitud más excelsa llega al autoengaño, es la forma de "resolver" los problemas. Yo no puedo estar más en desacuerdo con esta extendida actitud. Le tengo un grande amor a la verdad, y la actitud verdaderamente científica es para mí la defendible, siempre. Pero parece ser que, como decía Ortega, "la vocación científica es extremadamente rara". Es uno de los hechos que más me cuesta asimilar: el gusto que tiene to dios por mentir y mentirse. Parece ser que es un efecto secundario de este cerebro humano. Así que si tenemos que habérnoslas con creencias y divinidades de todo tipo, ¿por qué no hacerlo con ideologías?

Mi punto de vista es claro: buscar el conocimiento, con él transformar la realidad.
Claro que la teoría científica no será perfecta, y como toda teoría científica, estaría sujeta al debate y al cambio partiendo de los hechos, no inventándolos. Esto es realismo, no idealismo. Obviamente, la teoría del feminismo realmente existente en nuestro país, al no ser mínimamente científica, maquilla los datos reales para que la percepción social concuerde con lo que quieren demostrar, que es lo que alimenta el negocio. La teoría permanecerá inmutable, ¡pero los hechos son tan tozudos! Una campaña "informativa" se encarga de que la percepción social se mantenga preocupada por el problema, pero alejada de las responsabilidades políticas y, en suma, de la realidad. Pero es una alarma muy rentable electoral y materialmente, desde su punto de vista, desde el mío es perversamente rentable. Pero la mentalidad perversa en este sentido es un rasgo normal de nuestra cultura, y se le considera una mera estrategia más o menos inteligente, con lo que no encajaría en un "trastorno mental".


La teoría feminista parte del machismo como causa de la "violencia machista". La definición de violencia machista es circular, se avala a sí misma, es apodíctica (no quería usar esta palabra, pero es que me cansa leer por ahí "apocadíptica"..., y eso no se sabe lo que es). Si una pareja o expareja masculina asesina, siempre será "violencia machista", por definición. Pero igual es por celos, lo que huelga decir que en ningún caso justifica ni diluye que es un asesinato, o un homicidio. Pero el asesinato u homicidio por celos sólo existe si la autora es mujer. Ellas sí pueden matar por celos, para cobrar un seguro de vida, por alteraciones mentales, porque se les va la olla al ver que se les podía ir la pareja y entonces asesinaron a un hijo y demás aberraciones que nos enseña la realidad. En fin, para qué hablar. Ustedes pensarán que el asesinato de hombres por mujeres es una rareza, y yo les diré: eso es lo que ustedes creen (o quieren creer). Hay diferencias claras en cuanto a la forma de realizarlo (el tópico de envenenar es una realidad). Si usted trata de saber cuántos hombres han sido asesinados por sus parejas o exparejas (ya sé que no lo quieren saber...), no tendrá el dato. En los últimos años lo han prohibido, por política, claro. Las entidades dicen que solo tienen autorización para dar los datos "si benefician" (se sobreentiende, a la causa feminista). Extraña ciencia que sólo se preocupa de encajar los hechos en su teoría. Me recuerda a esas tesis que se hacen en universidades en las que como los resultados no se ajustan a la teoría, los modifican sobre la marcha. "Puesto que la teoría es lo que estudiamos, el dato lo tomaríamos mal. Anota lo que debería haber, que tenemos que sacar nota."

Si usted ve una noticia con el título Un hombre apuñalado en... ya ve que el titular nada dice de que haya una expareja detrás. Tiene usted que leer con detalle la noticia (ya sé que no lo va a hacer...) para comprobar que la víctima fue apuñalada y que los implicados son su ex, el novio de ésta y un tercer hombre esperando en el vehículo. Por supuesto, ¡esto no es una noticia de violencia de género! Noticias como ésta, lamentablemente, hay demasiadas, pero en el magín de todos, en los medios, no aparecen como lo que son: asesinatos de hombres por sus parejas o exparejas. El problema para el negocio político es que todos estos asesinatos no apoyan la teoría de la Violencia de Género como originado en el machismo, en realidad la contradicen. El problema para nosotros es que seguirá habiendo víctimas de esta clase de violencia porque no se desea indagar en las causas reales. ¿Y cuáles son? Más complejas que la que venden, y es terrible tener que usar "vender". Habría que empezar por asumir alguna capacidad de autocrítica en el comportamiento de mujeres (no digo de hombres porque la crítica ya está más que planteada a estos niveles). Pero ese enfrentamiento con el espejo no se quiere hacer, porque hay muchos intereses materiales en juego, lo que le da tintes especialmente mezquinos. El comportamiento masculino y femenino que subyace en las relaciones conforman una moneda con dos caras, y no puedes ver la moneda si solo la miras por un lado. La moneda lo es porque tiene dos caras. No digo nada que no sepan, pero sí que no quieran saber.

Visto así, nada que decir a las críticas al machismo, pero deben completarse con la otra cara, si no, es un fraude.

Claro que el negocio político se modifica sustancialmente. Ministerio de Igualdad, ¡qué pantomima!, que se venda tan bien dice que somos estúpidos, manipulables, acríticos, como el pueblo alemán en los años 30 y 40 con el nazismo, en el que, igualmente, el propio Sistema Democrático queda desvirtuado, también. ¿Igualdad laboral?, ¡para eso está el Ministerio de Trabajo! ¿Educación?, ¡para eso está el del mismo nombre! ¿Desigualdades sociales?, para eso está el Ministerio de Asuntos Sociales, en fin. ¿Pero alguien se cree esto?: sí, las feministas porque les interesa creerlo, muchas mujeres, porque creen que les interesa. El resto, con mucha ingenuidad, comprensible en una acrítica e irreflexiva sociedad, porque uno tiene más que hacer que estudiar la realidad, y vive a golpe de titular. Aunque resulta lamentable el adoctrinamiento generalizado, no es que me extrañe que la comedura de coco funcione, me extraña que el fanatismo y la acrítica se instalen tan fanáticamente en gentes que han tenido todos los medios para para ser más lúcida. Pero ésto solo vale para trepar en la cucaña social.

En un post anterior planteé la brutal desigualdad por sexos de las cárceles españolas (aún habiendo aumentado en los últimos años la proporción femenina, especialmente por inmigrantes), ¿hace falta un Ministerio de Igualdad? Pero cómo se puede colar semejante fraude. Lo tiene todo. También podía hablarse de otra brutal desigualdad: el número de sin techo, el número de vagabundos, que es aplastantemente superior para los hombres. Otro coste elevado de la cultura machista para los varones. "Algo habrán hecho".

La aceptación ingenua -ejem- de este Ministerio me ha hecho ver que esto no tiene solución. Seguimos con ese dualismo infantil de buenos-malos, izquierdas-derechas, hombres-mujeres, machistas-feministas. Y la ambición por conocer la realidad para transformarla no la tiene nadie.

A nadie le interesa mirarse en el espejo, salvo para operarse las tetas, que siempre servirán para pescar un buen partido. A que esto lo entienden.

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