sábado, 29 de mayo de 2010

Poderoso caballero

Interesante el artículo de Gustavo Martín Garzo en Las enseñanzas de Spiderman que aparece en El País de hoy.

Los paraísos fiscales, los sueldos desmesurados, los contratos blindados, lejos de provocar rechazo suscitan más bien la envidia general, pues hemos interiorizado de tal forma los valores de los poderosos que no sabemos vivir sin mirar por sus ojos y sin anhelar sus lujos. Hemos sustituido el Dios severo de las antiguas religiones, por otro mucho más peligroso: el Dinero.

Aunque me resulta inimaginable un dios más severo que Jehová.

Hace poco me topé en una cadena de televisión musical con una popular cantante en la que decía que "sólo buscaba vivir la vida, que es muy corta", bueno, decía que ese era el mensaje que quería dar. Mensaje cercano y popular, y la imagen que ofrecía tenía en un segundo plano un automóvil deportivo de color rojo, remedando el típico y tópico Ferrari. Tras una parrafada de léxico anoréxico se oía, que no escuchaba, la canción. Gran mensaje pop, identificando vivir la vida, al son de un ritmo de torturador mantra que, como dice Garzo, interioriza una visión de "vivir la vida" con piernas minifalderas, blasonadas por una pistola y un hombre sometido (mujer moderna, hombre moderno). Quizá se supone que el coche era de él, y lo elimina para quedárselo. Siempre hubo "malas", ahora, además, se llevan. Pero es por vivir la vida.

Dudo mucho de que la analogía que establece, inspirado por un email que circulaba por internet, entre una aldea de 100 habitantes y la Aldea global sea ajustada, y particularmente entreveo ese cerril e inveterado antinorteamericanismo radical, pero en lo que concierne a este post creo que nos sirve:

80 personas viven en condiciones infrahumanas... Seis personas poseerían el 59% de la riqueza de toda la aldea...
Se vale de alguna escena de la versión cinematográfica de Spiderman. Tras la etapa en la que el joven va convirtiéndose en El hombre araña, se produce otra etapa de cambio y su tío le dice:

Todos los muchachos, antes o después, tienen que transformarse en alguien, y hay que tener cuidado en quien lo hacen pues luego ya no podrán cambiar. Y añade: un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

Gustavo plantea que antes que una crisis económica, hay una crisis moral. Comparto eso de la responsabilidad de todos, y no ese recurso fácil de endemoniar al otro, en la actualidad a los Estados Unidos de América, epítome de todos los males. Un curioso trueque en el que el envidiado es juzgado de forma sistemática y demagógica, canalizando odios y frustraciones. La prueba de ello está en que no se mide por el mismo rasero a los demás. Y no está de más el telón de fondo de lo que ocurrió con Lula y el Ayatolah, siendo como ha sido Lula hasta la fecha un valor en alza (al menos mientras haya financiación del FMI), veo algo de siniestra la juntura sonriente con un régimen sexista, integrista y otros istas, que ensalza a (su) dios, y tritura a todo humano que no siga su creencia. Y ser negacionista del genocidio nazi del siglo XX es ya llover sobre mojado. La sonrisa del líder religioso me hace pensar en sus similitudes con algunos fundamentalistas cristianos y otros líderes de géneros chicos ("sectas") que mientras administran el temor de Dios se lubrican con los fluidos entusiastas de sus seguidoras aunque, por supuesto, la culpa es de "ellos".


Pienso en esas imágenes de artistas "progres" de nuestro país, ¡posando en la foto con Sadam Husseim en pos de "la paz"!, remedando, no sé si conscientemente o no, aquella foto de mi estimada Jane Fonda que cándidamente posaba con un cañón vietnamita al lado y aún en su postrera biografía se pregunta si no habría sido utilizada por el régimen comunista... Pero chiquita mía, ¿de verdad dudas? ¡Mujer de poca fe!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por aquello de los Contratos Blindados, encaja la Noticia de Marroquín, el marido de la candidata del pesoe a la alcaldía de Oviedo.

Esto de estar entre los tontos...

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