La trágica pérdida de mi querida Isabel Uría Uría en su propia casa de Oviedo, me ha dejado sumido en el dolor. Poco a poco voy asumiendo el hecho, que no sus causas ni sus recovecos, y me siento en el deber de darle vida, vida buena, vida feliz. Tengo una foto escaneada de un periódico que ella tenía guardada con cariño: Isabel está colocándole un micrófono a Ryszard Capucinski. Fue en el recibimiento en el Hotel de La Reconquista en el 2003, con motivo del Premio de Comunicación y Humanidades. Ella me comentaba la sencillez de Ryszard, lo que le había gustado conocerlo y fue en su librería en la que curioseé Ébano, en el que, entre otros, le había impresionado la forma en que relata la escena que cuenta cuando se encontró aprisionando una cobra... Realmente lo cuenta de una forma espléndida, y coincidí con ella en la fuerza de la narración.En enero publiqué un extracto de El Imperio, de Ryszard Capuscinski, en que narra la historia de Komitás, el músico armenio.
Además, el post anterior mentaba que había acudido a un concierto de Sonny Fortune, aunque luego decliné tratarlo. Ese concierto lo vi con Isabel, que me vio pasar en la fila y hábilmente me colocó a su vera. A ella también le gustó el concierto. Al final nos quedamos los últimos en salir, e Isa se volvió de forma característica en ella y le dijo a Sonny, que estaba recogiendo los instrumentos, "¡muy bien, muy bien!..., ¡very good!", y me sale una sonrisa pensando en su forma de dar buenas vibraciones a Sonny, que lo agradeció. Era una espontaneidad natural en ella. Tuve ocasión de verla feliz, y un momento feliz de Isabel era algo para celebrar, porque toda el tablero conjuraba en su contra, y aún queda la jugada póstuma...
Quiero recordarla, y no dejarla en una triste noticia de sucesos: Necesito revivirla positivamente, y dejo otra foto que le hice en su propio hogar a mi querida Isabel el 15 de febrero de 2006. Supongo que no sé cómo aliviar el dolor que siento. Isabel cumpliría 49 años el 28 de marzo.
(Para limitar un uso torticero de la imagen, un mes después del post original, he decidido dejar una foto reducida. Ahora un click muestra una foto mejor, pero no la original)

PD: gracias Lil por ayudarme a aliviar esta pérdida irreparable este finde en Madrid. En Arco he conseguido desconectar por momentos y hasta reírme..., como recordarás, aunque hubo otros muchos momentos que no podía con mi dolor. Así como durante el viaje, todo él me ha servido para llorar hasta el vacío. Aunque lamentablemente aún se sigue llenando el buche de tristeza que creo romperá ahora en minutos.



